Hay una serie de patologías a tener en cuenta si vamos a conducir, algunas con un mejor tratamiento que otras, estas pueden conocerse cuando se realizan las evaluaciones medicas para la el brevete o revalidación de brevete. Cada una afecta de uno u otro modo a la conducción, aunque la lista sería muy larga, vamos a destacar las más comunes:
1. Alergias
Los conductores que padecen alergias deben tener especial cuidado, sobre todo en ciertas épocas del año. Un estornudo es imprevisible y puede acabar provocando un accidente. Si sobreviene una serie de estornudos continuados, además perderemos la concentración en la carretera con el consiguiente riesgo de perder el control del vehículo.
2. Fobias
Los miedos irracionales nos pueden asaltar de improviso y hacernos incapaces de conducir. Hay algunas fobias asociadas a la conducción, como es el caso de la amaxofobia (miedo a conducir). En todo caso, un tratamiento profesional adecuado puede ser la solución.
3. Depresión
La depresión es otra enfermedad que afecta notablemente a la conducción. Como cualquier otra patología que nos lleve a divagar mientras conducimos, los pensamientos negativos pueden desviar la atención de la carretera.
4. Diabetes
En general se piensa que los diabéticos de tipo I suelen tener mayor riesgo de accidente que los de tipo II. A la hora de obtener o prorrogar permiso o licencia de conducción ordinarios, están sujetos una serie criterios de aptitud en función del grado de diabetes.
5. Apnea del sueño
La apnea supone la interrupción frecuente del descanso. Es un trastorno común en donde la respiración se interrumpe o se hace muy superficial. Las interrupciones del sueño pueden llegar a durar desde unos segundos a incluso minutos, la más común es la apnea obstructiva del sueño. Esta falta de descanso provoca cansancio y somnolencia durante el resto del día a la persona que la sufre.
El par movilidad y salud
La movilidad y la salud son términos que cada vez se asocian más, se habla de una movilidad saludable cuando esta no solo lo es para el entorno que nos rodea, sino también para el que se está moviendo.
En los últimos años se están promoviendo medios de desplazamiento saludables como la bicicleta, mediante la cual se asegura el ejercicio físico del conductor. Está claro que la movilidad y la salud se encuentran relacionados: si me muevo de forma saludable, mejorará mi salud y, si mantengo una buena salud, mi movilidad será más segura y saludable.